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Biografía de Vadym Cavalera

Edad: 35

Estatura: 1.88m

Peso: 86kg

Idiomas: Ruso, Ucraniano, Inglés, Español, Portugués 

Educación: Programación (Ucrania), Economía y Negocios Internacionales (Nueva York) 

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Durante los primeros 18 años de mi vida, residí en Ucrania. A partir de los 12 años, comencé a entrenar en un parque cercano a mi colegio, que contaba con barras para ejercicio. En aquel entonces, en mi localidad no había gimnasios, por lo que entrenar al aire libre era la única alternativa. Las personas que se ejercitaban en dicho parque solían realizar dominadas, fondos y ocasionalmente flexiones, sin mucha diversidad en los ejercicios.

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Estas actividades contribuyeron a moldear mi cuerpo y desarrollar cierta musculatura. Fue entonces cuando empecé a formar un hábito deportivo, aunque aún carecía de constancia y disciplina. Cuando se inauguró el primer gimnasio en mi ciudad, acudí durante algunos meses, pero al estar acostumbrado a entrenar al aire libre, no disfrutaba tanto del ambiente cerrado del gimnasio.

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A los 18 años me mudé a Nueva York con deseos de continuar ejercitándome. Aunque al principio no pude costear un gimnasio, entrenaba frente a mi casa utilizando la esquina de una barrera para hacer fondos y el andamio de un edificio en construcción como barra. Con el tiempo, cuando el clima comenzó a enfriarse, empecé a asistir al gimnasio, pero cada 3 o 4 meses me aburría debido a la falta de aire, espacio y equipo adecuado para realizar ejercicios funcionales con peso corporal. Aun así, intentaba mantenerme saludable practicando otros deportes y actividades, como patinaje, correr largas distancias y ciclismo de montaña.

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Sin embargo, en 2011, me cansé por completo de los gimnasios. Sentía que aunque aumentaba mi masa muscular, al dejar de asistir, perdía las ganancias obtenidas sin adquirir ninguna habilidad nueva. Desde entonces, comencé a entrenar en una construcción donde encontré una barra a la altura perfecta. A pesar de encontrarme en un barrio peligroso, de noche y bajo condiciones climáticas adversas, me sentía libre y experimentaba algo nuevo y extraordinario.

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Al cabo de unos meses, decidí buscar en YouTube para ver si alguien compartía mis prácticas. En 2011, términos como "Street Workout" o "Calistenia" aún no eran populares, así que busqué "Workout en Ghetto" y encontré videos de Denis Minin y Hannibal. La historia de Denis Minin, originario de una ciudad cercana a la mía en Ucrania, fue especialmente inspiradora. Para mi sorpresa, ya se organizaban competencias en ese ámbito, aunque a pequeña escala. En esos videos, descubrí diversos ejercicios y elementos novedosos.

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Establecí el objetivo de dominar técnicas como el Muscle Up, Dragon Flag y Back Lever. No puedo afirmar que fue un proceso sencillo, ya que no había tutoriales en línea ni mentores a quienes acudir. Prácticamente, tuve que experimentar con diversas técnicas hasta lograrlo. Sentía que mi estatura me dificultaba ciertos movimientos, como el Back Lever, pero decidí que la constancia sería la clave para alcanzar mis metas. Cuando el tiempo y el clima lo permitían, practicaba estos elementos en el gimnasio o en el parque con barras que encontré cerca de mi casa.

En abril de 2012, conocí a varios equipos y entrené con ellos por un tiempo. Su enfoque se centraba en las rutinas, principalmente en ejercicios básicos para aumentar la fuerza y resistencia. Me esforcé por mantener la dedicación, y en 2013, completamos una rutina de 1500 repeticiones (500 dominadas y 1000 flexiones), lo que representó un aumento significativo en mis capacidades físicas.

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Hacia finales de 2013, comencé a viajar bastante y, aunque no podía entrenar tanto como quería, intentaba hacerlo siempre que encontraba la oportunidad. Mi filosofía era que, a pesar de las dificultades, era mejor encontrar una forma de entrenar al menos una vez por semana, ya que retomar el entrenamiento después de un largo período de inactividad resulta mucho más difícil. Durante mis viajes, visité lugares con climas favorables y me di cuenta de que mi progreso en Nueva York había sido relativamente lento debido a las condiciones climáticas y la falta de un lugar adecuado para entrenar. En junio de 2014, me mudé a Colombia y establecí nuevas metas: aprender a hacer parada de manos en barras paralelas, dominar el Front Lever, entrenar con constancia al menos tres veces por semana y dedicar al menos una hora a cada sesión de entrenamiento intensivo.

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Esta decisión resultó ser acertada, y a finales de 2014, logré hacer parada de manos en barras paralelas y progresé en varios elementos que quería aprender. Además, practicaba spinning y escalada en montaña para mejorar mis habilidades atléticas, y me esforzaba por entrenar de manera constante.

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En 2015, aunque no me dedicaba al 100% a estos entrenamientos, comencé a notar cómo se volvían cada vez más importantes en mi vida. Cuando no tenía acceso a barras, me sentía aburrido por no poder seguir aprendiendo. Ese año, abrí una cuenta de Instagram y me di cuenta de que los entrenamientos al aire libre estaban ganando popularidad en todo el mundo. Casi a diario, alguien publicaba un nuevo truco, y esto hizo que el deporte evolucionara y cambiara rápidamente. Conocí a un amigo que también entrenaba en el mismo parque, y su enfoque se centraba principalmente en elementos dinámicos. Decidimos entrenar juntos e inscribirnos en una gimnasia para practicar también movimientos dinámicos, como giros de 360 grados y saltos de barra a barra. Sin embargo, después de sufrir una lesión que tardó casi un año en sanar, decidí que no quería continuar por la vertiente dinámica de este deporte.

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Unos meses después de haber estado en la gimnasia, volví a entrenar al aire libre. En 2016, a pesar de la lesión, estaba avanzando en las técnicas que quería aprender. Sin embargo, aún me faltaba un aspecto crucial: un estilo de vida completamente disciplinado y saludable.

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A mediados de ese año, mi familia me informó sobre la enfermedad y el diagnóstico de mi padre, y regresé a Europa para estar con él. Perderlo en tan poco tiempo me llevó a reevaluar las prioridades en mi vida. Él era una persona sana y todavía bastante joven. En ese momento, enfrenté dos opciones: dejarme vencer mentalmente por la tragedia vivida o luchar con determinación.

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Opté por la segunda opción y decidí que, si la vida puede ser tan efímera, el esfuerzo previo no era suficiente. Así que empecé a visitar el parque con regularidad, a pesar del clima lluvioso de ese año. Adquirí un chaleco de pesas, lastre y mancuernas rusas, con la convicción de darlo todo en esta única vida. A finales de 2017, mi disciplina y constancia dieron excelentes resultados, logrando aumentar mi fuerza y habilidades en el entrenamiento. Desde entonces, me he enfocado en priorizar la calidad sobre la cantidad.

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Fue durante ese año cuando conocí a Manuel Leal en uno de mis entrenamientos. Nos hicimos amigos y decidimos producir contenido juntos. Comenzamos creando vídeos para Instagram, pero nuestros seguidores pronto nos pidieron más, especialmente vídeos para YouTube explicando nuestro enfoque de entrenamiento.

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A pesar de disfrutar de mis entrenamientos, sentía que el ejercicio en barras con peso corporal y peso adicional no trabajaba todos los grupos musculares de manera óptima. Para compensar esto, decidí incorporar el entrenamiento con pesas rusas a mis rutinas. Descubrí que las pesas rusas eran el complemento ideal para trabajar fácilmente las piernas, la espalda baja y ciertos grupos musculares específicos.

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A principios de 2018, comenzamos a grabar vídeos para nuestro canal de YouTube y decidimos que el contenido estaría en español. Nos sorprendió gratamente lo receptiva que fue nuestra audiencia. El canal creció rápidamente, pasando de 10 suscriptores por día en los primeros días, a 100 por día en un mes, a 1,000 por día en dos meses y a 2,000 por día en tres meses. Tuvimos que superar muchos obstáculos y trabajar arduamente para lograrlo, pero nunca dudamos de nuestra capacidad para tener éxito. Cada fracaso nos motivaba a trabajar aún más y buscar soluciones a los problemas que enfrentábamos.

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Actualmente, nuestros entrenamientos continúan evolucionando y nuestro conocimiento se expande constantemente. Lo primordial es la evolución y el progreso. Nos esforzamos por perfeccionar cada video y cada sesión de entrenamiento, integrando nuevas vivencias y saberes. Estamos convencidos de que podemos transmitir un mensaje valioso, dado que nuestros entrenamientos han desarrollado un estilo distintivo y poseen una esencia única. Nuestro objetivo no será jamás demostrar que otras modalidades de entrenamiento son incorrectas, sino compartir las mejores prácticas que hemos encontrado e incorporado en nuestras rutinas, teniendo el honor de compartirlas con todos ustedes.

En resumen, no miro atrás a los errores cometidos ni al tiempo invertido en vano; en cambio, considero todo como una experiencia y aprendizaje para avanzar. No dejaremos de evolucionar y cada etapa de nuestra evolución será compartida con ustedes, con el fin de motivarlos e infundirles la confianza necesaria para que sus metas también se conviertan en realidad.

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